Un año después de que el campo europeo saliera a la calle parta denunciar su situación extrema, el sector Primario alavés ha vuelto a movilizarse, convocado por ATACA, la Asociación Treviño y Álava por el Campo, para denunciar que quienes se dedican al campo están «en la misma situación o peor que el año pasado».
Así lo afirmaba en la mañana de este lunes Raúl Beitia, portavoz de ATACA, en el parking del Buesa Arena, donde los tractores volvían a hacer sonar sus bocinas antes de salir a protestar por las calles de Gasteiz. Este martes volverán a movilizarse, esta vez desde el polígono de Júndiz, donde las grandes cadenas de supermercados tienen sus centros logísticos.
A las reivindicaciones que impulsaron las movilizaciones del año pasado se suma en esta ocasión el Acuerdo de Asociación la UE con Mercosur, ya pactado entre las partes. «En Europa tenemos unas exigencias que nos suben los costes de producción, así lo hacemos desde hace muchos años, cumpliendo la PAC». «Se hacen las cosas bien con la mano de obra», pues hay convenios laborales que se cumplen; lo que encarece costes con respecto a las importaciones. Y, además, «en toda la carne que pueda venir de Brasil o Argentina se utilizan hormonas, yo aquí desde pequeñito he oído en casa» que eran productos prohibidos, señalaba Beitia. «La sociedad tiene que saber», añadía «que esos productos no vienen con las garantías sanitarias que a nosotros sí nos exigen desde Europa».
«La sociedad tiene que saber que esos productos no vienen con las garantías sanitarias que a nosotros sí nos exigen desde Europa»
«Tenemos pactos verdes muy exigentes y luego se dejan las fronteras abiertas para meter otros productos»
RAÚL BEITIA
A juicio de ATACA, esas normativas europeas deben flexibilizarse en muchos aspectos, y aunque la Diputación y el Gobierno Vasco «hacen lo que pueden» para mejorar la situación, en un año las cosas apenas han cambiado. «Desde el Ministerio se han firmado 43 medidas que tienen muy poca repercusión para el buen funcionamiento de las explotaciones y su rentabilidad», explicaba Beitia, quien apuntaba que tratados como el pactado con Mercosur también afectan a otros sectores, como el de la automoción. «Tenemos pactos verdes muy exigentes y luego se dejan las fronteras abiertas para meter otros productos», lamentaba.
Estas son, punto por punto, las reivindicaciones que planeta ATACA, a cuyas protestas no se ha sumado UAGA; el sindicato agrario alavés.
Rechazo al Mercosur
Los convocantes se oponen «firmemente a tratados comerciales como el acuerdo UE-Mercosur y a cualquier acuerdo con terceros países que incumplan las normativas sanitarias, fitosanitarias y laborales de la Unión Europea. Estos acuerdos permiten la entrada de productos agrícolas y ganaderos que no cumplen con los mismos estándares de calidad, seguridad y sostenibilidad que se exigen a los productores europeos, generando una competencia desleal que hunde los precios y pone en riesgo la viabilidad de las explotaciones locales».
Además, temen «la entrada de enfermedades y plagas que podrían diezmar la cabaña ganadera y los cultivos europeos. No pedimos proteccionismo, sino igualdad de condiciones».
Cláusulas espejo y control alimentario
El sector pide «reciprocidad, transparencia y trazabilidad». Demanda la aplicación de cláusulas espejo en todos los acuerdos comerciales con terceros países, para garantizar que los productos importados cumplan con los mismos estándares de calidad, seguridad, sanidad, bienestar animal y sostenibilidad que se exigen a los productores europeos.
«Exigimos -añaden- una mayor transparencia y trazabilidad en toda la cadena alimentaria, desde el productor hasta el consumidor, para garantizar información veraz sobre el origen y las características de los alimentos. Proponemos la creación de un etiquetado claro y completo que permita a los consumidores tomar decisiones informadas».
Protección del producto del territorio
Piden además «frenar las ventas a pérdidas y valorizar lo local. Exigimos -señalan- medidas urgentes y contundentes para evitar las ventas a pérdidas provocadas por importaciones masivas de terceros países a precios bajos, que perjudican gravemente a los productores locales y desestabilizan el mercado».
A su juicio, es fundamental que los consumidores «puedan identificar claramente el origen de los alimentos y que se valore la calidad y la sostenibilidad de la producción del territorio».
Defensa de la cabaña ganadera
Plantean también la sanidad animal y el bienestar como prioridades. Así, solicitan «campañas activas de prevención y erradicación contra enfermedades como la tuberculosis bovina, la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) y otras patologías que amenazan la cabaña ganadera y generan importantes pérdidas económicas».
También reclaman «un apoyo decidido a las prácticas de ganadería extensiva y sostenible, que contribuyen a la conservación del medioambiente y al bienestar animal», así como «una simplificación de los trámites burocráticos relacionados con la sanidad animal».
Control de especies protegidas
En materia de convivencia sostenible entre fauna y actividad rural, piden la «revisión urgente de las políticas de protección de especies que están generando graves conflictos con la actividad agrícola y ganadera».
Por ello, reclaman «la exclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE)», y «una gestión responsable de la fauna salvaje que permita la convivencia sostenible con la actividad rural, con medidas de control poblacional y compensaciones justas por los daños causados a los cultivos y al ganado».
Oposición a macroplantas fotovoltaicas
Exigen también «priorizar la producción de alimentos sobre la especulación energética. Alertan sobre «la proliferación descontrolada de macroplantas fotovoltaicas en tierras fértiles de alto valor agrícola, que están desplazando la producción de alimentos y generando un impacto negativo en el paisaje y el medio rural».
Los convocantes de las protestas de esta semana plantean en ese sentido «una planificación territorial rigurosa que priorice la producción alimentaria y la protección del suelo agrícola frente a intereses especulativos energéticos», y que estas instalaciones «se ubiquen preferentemente en terrenos no cultivables o en zonas industriales degradadas».
Flexibilidad en políticas ambientales
Reclaman además «un Pacto Verde realista y una Agenda 2030 adaptada al campo», con una adaptación «realista y progresiva del Pacto Verde Europeo, rechazando la rigidez y la imposición de objetivos inalcanzables de la Agenda 2030 que asfixian al sector y no tienen en cuenta las particularidades de la agricultura y la ganadería».
No al cuaderno digital obligatorio
En relación a la simplificación administrativa y el «apoyo técnico real», critican «la imposición de sistemas de trazabilidad digital obligatorios, como el cuaderno digital de explotación», y piden «simplificar la burocracia existente».
Rechazo a impuestos energéticos
Reclaman también aliviar la carga fiscal para garantizar la rentabilidad. «Exigimos la eliminación o reducción significativa de las cargas fiscales que gravan la energía (electricidad, gas y gasóleo) utilizada en las explotaciones agroganaderas, ya que estos costes suponen un lastre importante para la viabilidad económica del sector, especialmente en un contexto de precios bajos y costes de producción crecientes».
El sector plantea en ese sentido la creación de tarifas energéticas especiales para el sector Primario y la exención de impuestos para el gasóleo agrícola.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez