Son las 8:46 horas de la mañana y hace apenas unos minutos que las autoridades se han subido al nuevo tren de Cercanías de Álava para viajar hasta Manzanos. En ZUK hemos decidido ir en dirección contraria. Nos vamos a Araia, a ver cómo las nuevas frecuencias inciden en la calidad de vida de la gente que vive en la zona rural de territorio.
Con la bici en el tren
El tren ha llegado puntual y de los vagones salen decenas de personas, muchas de ellas con su bicicleta para moverse de forma cómoda y limpia por la capital alavesa, y otras tantas se suben con destino hacia hacia el este, algunos a Beasain, otros a Donostia, pero también algunos a Dulantzi, Agurain o la capital del municipio de Asparrena.
Siete minutos de viaje
El tren reanuda su recorrido a las 8:50 y siete minutos más tarde, lo que cuesta ir en tranvía de Lovaina a Honduras, para en Alegría, y otros siete minutos más tarde lo hace en Agurain. «Salvatierra de Álava», dicen por la megafonía del convoy.
Josu Lekuona, de Ametzaga
Otros seis minutos más y el tren llega a Araia. Allí, bajo las faldas del Aratz, Josu Lekuona, de Ametzaga, hace tiempo hablando por teléfono antes de emprender viaje rumbo a Gasteiz. Josu estudia en Egibide y para él las nuevas frecuencias se traducen en más tiempo para su día a día. «Yo viajaba en el servicio anterior y tenía que cogerlo a las siete menos diez, a esta hora (las 9:32 horas) me viene mucho mejor. Ahora hay trenes casi a todas las horas». Para la vuelta también tenía antes trenes, «pero el último era a las 11:00 horas o así, y luego el siguiente, pues a las 2:50, ahora hay más frecuencias y es mucho mejor; yo creo que en la zona nos viene bien a todos este nuevo horario«, asegura.
Aimar Larrañaga, de Albeniz
Aimar Larrañaga cruza al andén a la espera de tomar también el tren de las 9:32 para asistir a clase en la UPV. «Estudio Ingeniería Mecánica en la UPV y me pilla perfecto. Si no todos los días, casi todos los días cojo el tren, así que a mí me van a beneficiar bastante los nuevos horarios, porque sobre todo a la vuelta siempre tenía que estar dependiendo del de las siete, y es muy pronto para un estudiante que tiene que quedarse hasta las ocho y media estudiando», asegura.
Con unos pocos minutos de retraso, el tren procedente de Altsasu para en Araia y recoge a los estudiantes rumbo a Vitoria. A las 10.03, el convoy para en la capital alavesa, y de nuevo decenas de viajeros se suben a un tren que, de ahora en adelante, hará más fácil la vida de la gente de la Llanada y Añana.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez