La Universidad Popular de Gorbeialdea organizó la pasada semana una jornada sobre el Plan Territorial Sectorial de las Energías Renovables en el campus de Álava de la UPV-EHU de Vitoria en el que tomaron parte Iñaki Lasagabaster, de la Facultad de Derecho; Ana Sáenz de Olazagutía, de la Facultad de Letras; y Naiara Moreno como representante de las juntas administrativas de Araba.
Del foro salió un documento de conclusiones en el que asegura que «el PTS ER no es un verdadero plan» y por lo tanto «las instalaciones fotovoltaicas y los aerogeneradores pueden situarse en cualquier parte del territorio», que favorece la especulación y se rige por el principio de la libre competencia, o que, en contra de la opinión comúnmente aceptada, «los Ayuntamientos no están obligados» a aprobar planes especiales.
Las conclusiones de la jornada, al detalle
Un plan que no ordena, solo habilita
Asegura el documento que el PTS EERR no actúa como un verdadero instrumento de planificación. Aunque debería establecer dónde se pueden ubicar instalaciones renovables, en la práctica permite colocarlas casi en cualquier sitio, lo que desvirtúa su función de ordenación del territorio.
Proyectos sin plazos ni criterios claros
Según los participantes en la jornada, el plan prevé instalar 27 parques eólicos y 149 plantas solares, pero no marca ni plazos ni condiciones. Esta ambigüedad podría dar pie a movimientos especulativos: empresas que solicitan terrenos solo para negociar con ellos después.
Barreras eliminadas, incluso de forma arbitraria
Algunas decisiones del plan, como equiparar el impacto ambiental de una planta solar de 10 hectáreas al de un aparcamiento pequeño, generan preocupación en los participantes en la jornada de la UPV. Se critica que se está facilitando demasiado el despliegue sin suficientes garantías.
Casi todo el territorio es “apto”
Dice el documento que las “zonas de aptitud” que define el plan son tan amplias que solo quedan fuera las de exclusión estricta. Además, los criterios usados para definirlas (recurso solar/eólico y sensibilidad ambiental) son poco precisos y fácilmente modificables.
Lugares prioritarios para grandes proyectos
Dentro de las zonas aptas se identifican las “Zonas de Localización Seleccionada” para proyectos medianos y grandes. Pero no ocurre lo mismo con los pequeños, que pueden instalarse casi sin límites.
Quien llega primero, gana
Se coincidió en la jornada en que no hay verdadera competencia entre proyectos: muchas veces, quien primero solicita un terreno se lo queda. Además, se observa la aparición de empresas nuevas o con un solo socio, lo que podría esconder concentraciones empresariales o especulación.
Los límites visuales
El único límite al despliegue masivo son los índices de saturación visual, afirma el texto, que limitan cuántos aerogeneradores pueden verse desde un punto. Pero estos índices han cambiado varias veces y son fácilmente modificables, lo que los vuelve poco fiables.
¿Dónde empieza y acaba la saturación?
En la jornada se cuestionó cómo se mide esa saturación visual. ¿Desde dónde se calcula? ¿Qué zona se considera “cuenca visual”? No hay criterios claros, lo que deja la protección del paisaje en una situación incierta, se afirma.
Información difícil de entender y consultar
El PTS no es autónomo ni claro, se aseguró: hay que consultar documentos digitales complejos para comprenderlo, lo que pone en duda su transparencia y su validez jurídica. Además, los documentos pueden cambiar sin control público.
Presión sobre los ayuntamientos
Mientras se elabora el plan, se afirmó en la jornada, muchas empresas están presionando a los ayuntamientos para que aprueben planes especiales que permitan construir ya. Pero los consistorios no están obligados a aprobarlos, y hacerlo podría desactivar la planificación general del territorio.
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