La primera cosecha
Lanzarse a emprender, y más en el sector Primario, da vértigo, sí, pero si no se intenta, nunca se sabrá si se podría haber logrado. Eder y su socio Rubén dieron el paso, y este viernes presentaron ante los medios y las instituciones su primera cosecha de patata, fruto del esfuerzo de un año de trabajo y del valor de haber tomado el relevo de un agricultor de Ullivarri-Viña, Javi, que todavía hoy les asesora para que su sueño de dedicarse con dignidad al campo se haga realidad.
“Es una embolada”
“Es una embolada, hay unas pautas ya que están establecidas y que se ve que funcionan”, pero “dependes de los precios, dependes del tiempo, dependes de muchas cosas”, afirmaba Eder, pero al final, “sacas un cultivo adelante y eso siempre siempre es gratificante”.
“Al final, sacas un cultivo adelante y eso siempre siempre es gratificante”
EDER LANDA
Eder pasó de ser tractorista a sumar a este trabajo la gestión de una empresa, la negociación de compras, los números, los papeleos ante la administración, las posibles sanciones, los imprevistos, como tirar abajo un tendido eléctrico y no saber a quién llamar para dar parte; y todo ello sin nadie que “te enseñe cómo hacer, cómo proceder”, más allá de Javi.
El impulso de Bihar
Eder y Rubén han recibido el impulso del programa Bihar para sacar adelante su explotación y convivir con una nueva realidad en la que desaparecen los salarios fijos y aparecen las plagas, pero que también da satisfacciones como esta cosecha de patata en la que los precios, al final, han recompensado su esfuerzo.
Desde Mendarozketa
De todas esas inseguridades y miedos sabe mucho Jon, agricultor de Mendarozketa de 30 años que hace ya mucho tiempo dejó Gasteiz para dedicarse al campo. Su ejemplo servía como inspiración para Eder, Rubén y el resto de jóvenes que han decidido dar el salto al sector Primario de la mano de Bihar.
Jon se formó, fue metódico en la preparación de su proyecto, prudente a la hora de hacer cuentas, abierto a la innovación, y hoy día sigue dedicándose al campo.
Cinco hectáreas de prueba
“Empecé con cinco hectáreas de prueba, y teniendo claro que era el campo lo que me gustaba y donde me quería quedar. En 2016 cuando un vecino del pueblo tuvo que jubilarse por problemas de salud me lancé a dar el paso, con miedos, pero echando muy bien los números”, señalaba.
“Me lancé a dar el paso, con miedos, pero echando muy bien los números”
JON ORTIZ DE LEJARAZU
Jon acudió en busca de asesoramiento a UAGA, a la Diputación, a Garlan, “me dediqué a aburrirlos a consultas para tomar las decisiones con la mayor claridad posible, eché muchas cuentas”.
Luego se presentó en el banco “con cinco escenarios diferentes por si iban mal los números, para que tuvieran claro que eso iba a salir adelante”, y se lanzó a hacer realidad su sueño.
La importancia de la formación
Jon recomienda a nuevos emprendedores como Eder que no hagan sus cálculos “en base a ayudas, sino en base a los números de la propia explotación”. Que se formen, que “echen bien los números”, insiste, y “sobre todo» que estén «ilusionados; que tengamos claro que es un sector que nos gusta, si no no estaríamos aquí. Debemos tener claro que te puedes organizar tú mismo en el campo. Yo al menos lo disfruto, y eso disipa cualquier duda que haya”.
Todas sus enseñanzas a quienes han decidido apostar por el campo a través del programa Bihar, se pueden resumir en una única frase: “Lo primero es creer, y lo segundo demostrarlo”.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez