“La ganadería extensiva de ovino se va a terminar”

La ganadera Dolo Canive detalla la frustración que generan los ataques del lobo en el sector
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“Es nuestro modo de vida, vivimos de nuestros animales, y aparte de la incertidumbre que genera todo esto es muy deprimente. Que durante un montón de tiempo te dediques a criar y cuidar unos animales con todas tus ganas, y venga un bicho de estos y te haga una masacre es muy poco alentador”. Dolo Canive, ganadera de Untza, expresa su frustración ante los ataques del lobo que viven en estas praderas 

 

Un ataque el pasado sábado

Hace poco más de una semana denunció públicamente su situación a través del grupo juntero del PP, y el pasado sábado hubo otro ataque. “Me mató un carnero que tenía una vida fértil de varios años, voy a cobrar 80 euros, pero sin ese carnero cómo cubro a mis ovejas, no tenemos más”, lamenta la ganadera, que opina que estos lobos “están metidos en la zona de Osma, y luego se van de compras, sin pagar, claro”.

 

“Me mató un carnero que tenía una vida fértil de varios años, voy a cobrar 80 euros, pero sin ese carnero cómo cubro a mis ovejas, no tenemos más”

 

DOLO CANIVE

 

“Va a llegar un momento en el que la ganadería extensiva de ovino se va a terminar -advierte-, nosotros estamos en una zona en la que siempre ha sido zona lobera, hay cinco, pero hora a este bicho nos lo han impuesto, venía de vez en cuando uno y podíamos hacer batidas, pero ahora ya no, y la Administración no nos da ningún aliento, tenemos que vivir con él sí o sí”.

 

Sin relevo generacional

Dolo afirma que “aquí la gente joven no sigue con el ovino, yo tengo un hijo que es ganadero, sí, pero pastor no, no se queda con las ovejas de su aita para no tener vida social como otros jóvenes, no merece la pena. Mi marido está ahora en la sierra cerrando a las ovejas, le veo solo un ratito porque vive prácticamente con ellas”.

 

La ganadera alavesa asegura que los pastores de guardia “no sirven para nada”, y “no nos han dado más opciones que esa”. Dolo está convencida de que “el problema de estos bichos es que hay muchos, hay tres o cuatro o cinco y entran al rebaño aunque haya mastines. A nosotros nos han dejado hacer un cerrado con barreras desmontables, que hay que agradecerlo, las cerramos todas las noches y duermen cerradas con los perros y vamos librando, pero si no las cierras te las comen aunque tengas perros”.

 

A 150 metros del pueblo

Y advierte: “Esos bichos comen todos los días, si no comen ovejas porque arriba no hay ganado van a bajar a los pueblos, el jueves fue a 150 metros del casco urbano, y estamos en una zona en la que hay muchísima gente que va a la montaña. Un día va uno más de noche y nos pegan un susto”.

 

Dolo concluye recordando que “con la leche de la oveja latxa es con la que se hace el queso Idiazabal, ese queso está muy demandado y no hay ovejas para cubrir los pedidos”. 

 

FOTOGRAFÍA: Dolo Canive

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Txus Díez

6 de diciembre de 2024

Fundador de ZUK. Periodista y fotógrafo comprometido con el territorio.