Andrés Illana se escandaliza al apuntar la razón por la que se ha reducido la protección al lobo en Europa, que uno de ellos se comió al poni de Ursula Von del Leyen, presidenta de la Comisión Europea. “Estos son los políticos que tenemos. Aunque tuviese razón demuestra mucha ceguera, eso ya le ha pasado antes a mucha gente, y ahora porque te ha pasado a ti… Esto no viene de un estudio científico, de un proceso de diálogo, sino porque una señora tuvo un problema con los lobos”, lamenta. Esta medida, en todo caso, “debilita la protección global del lobo y la confianza en los marcos de conservación europeos”, y aunque en Euskadi no se pueden hacer batidas para cazarlo, “esto hará que grupos de ganaderos y partidos presionen más, y nos lo pongan más difícil a quienes defendemos que estos temas se manejen desde un punto de vista científico”.
Pastores de guardia
Illana cree que las administraciones deben impulsar medidas para permitir la convivencia con el ser humano, “recuperar la figura del pastor, y que esa labor no recaiga sobre los ganaderos, que haya pastores de guardia que agrupen los rebaños de ovejas. Donde hay lobos siempre han existido pastores”.
El portavoz del Grupo Lobo afirma que para correr con esos gastos “están las ayudas de Europa, se pueden sacar de la PAC, pero el Estado español solo ha enviado 50.000 euros a Euskadi el año pasado. ¿Por qué, si el lobo es tan problemático? Hay que apostar por líneas preventivas, no tiene ningún sentido volver a lo anterior”.
Illana afirma que ahora no hay más lobos que hace unos años. “El último grupo oficial es de 2016, en Carranza, la Diputación de Bizkaia hizo una batida y se cargó a la mitad. Desde entonces no hay constancia oficial de que haya manadas; cuando entre 2023 y 2004 llegamos a tener tres o cuatro”, asegura.
Daños limitados
A su juicio, “está habiendo daños, pero bastante limitados comparados con otros años. Tenemos datos para evaluar la situación y decir que no son tan importantes, para el que le toca no son ni pocos ni ridículos, no queremos minimizar el impacto que tiene sobre ciertas personas y ciertas explotaciones, pero a nivel de Euskadi los datos son ridículos. Y por muchas medidas que pongas daños habrá, pero no es lo mismo que te mate una oveja de un rebaño con mastines a que entre en una explotación y mate a veinte”.
Illana explica, por otro lado, que cuando los lobos están asentados en grupos reproductores “los daños a la ganadería son menores, porque un grupo de ocho lobos es capaz de coger un jabalí, y saben que entrar en una explotación ganadera les va a suponer problemas, se lo enseñan a los cachorros”.
Entran en Álava de dos en dos
Lo que ocurre en Álava es que “entran de dos en dos, no pueden con un jabalí y van a lo fácil, y lo fácil es la oveja. Suelen ser hermanos que van a montar su propia manada, y tienen que comer todos los días”. El portavoz del Grupo Lobo cree que, si se deja que las manadas se asienten, cazarán en grupo “todo lo que quieran”, jabalíes, corzos y otras presas mayores, pero “si no dejamos que eso pase dos lobos lobos solos te harán una avería en Gorbea, mañana en Gibijo y pasado mañana en Kuartango”.
Cambio de chip
“Llevamos así desde hace treinta años”, afirma Illana, “y no cambiamos el chip. Cuando entran los lobos hacen daño, cuando los daños empiezan a ser recurrentes los ganaderos empiezan a hacer ruido y hasta 2019, cuando entra en el catálogo, las diputaciones autorizaban batidas, y entonces entrábamos los ecologistas. Desde 2019 la cosa cambia, ahora oficialmente ya no hay batidas”.
Por último, Illana aclara un punto que puede inducir a error. “El lobo no está en el régimen especial por el número de lobos que hay, sino porque es un elemento clave en los ecosistemas”
“El lobo no está en el régimen especial por el número de lobos que hay, sino porque es un elemento clave en los ecosistemas”
ANDRÉS ILLANA
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