Desde hace apenas unos días, Iker y Eneko Pou forman parte oficialmente de la lista de las 50 personas más influyentes de 2024 en el mundo de la montaña que publica el prestigioso medio italiano Montagna.tv. Los hermanos gasteiztarras han construido su carrera en busca de lo remoto, de la dificultad y la estética; en altitud, en roca y en hielo. Llevan décadas recorriendo el mundo en busca de desafíos diferentes, y ahora han plasmado sus últimas aventuras en su segundo libro, El desafío de los 4 elementos.
Iker nos cuenta su visión de la evolución del deporte de la montaña, cómo se gestó este libro que sucede a Aupa Pou; una vida encordados, o su opinión sobre la inclusión de la escalada en los Juegos Olímpicos, en una relajada charla después de su jornada de trabajo colgado en una pared.
La lista de ‘Montagna.tv’
Su inclusión en la lista de Montagna.tv junto con gente de la talla de Killian Jornet, Tarcisio Bellò, Ángela Benavides, Nives Meroi, Jimmy Chin (que hace unos meses se encontró un pie de Andrew Irvine en las faldas del Everest), Jordi Corominas, Jania Garnbret o el mismísimo Tadej Pogacar se la han tomado con gratitud, pero también con serenidad. “La verdad es que nunca estamos detrás de premios ni reconocimientos”, pero “siempre ayudan a poner la actividad que estás haciendo en el mapa, la gente puede ver que estás ahí, que estás haciendo cosas. Nuestro deporte no goza de estadios, no es fútbol ni baloncesto, y después de pasar muchas penurias un reconocimiento siempre viene bien”, afirma Iker.
“Después de pasar muchas penurias un reconocimiento siempre viene bien”
Los hermanos Pou siempre han buscado nuevos lugares en los que abrir vías, y en ese sentido Iker explica que hoy día buena parte de la vanguardia del alpinismo, de la gente que “anda bien”, escala por debajo de la cota de los 8.000 metros. “Los retos vienen por cosas técnicas, se están haciendo cosas muy técnicas en montañas inferiores a los 8.000 metros”, sobre todo, dice, porque ir más allá de la conocida como zona de la muerte sale muy caro, la mayoría de los escaladores no se lo puede permitir. Así pues, se buscan desafíos en cotas menores, pero, insiste, “cosas realmente técnicas, o sea de escalar, no solo caminar, paredes que hay que escalar en hielo, en mixto, en roca; realmente se están haciendo cosas muy complicadas”. La elite, “los retos”, están en esas montañas de 6.000 o 7.000 metros.
En esas altitudes les gusta moverse a Eneko e Iker en los últimos años. Aunque su fuerte es la roca, “sí que nos ha gustado mucho el alpinismo también y en los últimos años nos estamos decantando más por vías de aventura, por vías de alpinismo, nos gusta superarnos sobre todo en ese ámbito. Hemos conseguido abrir vías técnicas muy buenas a 6.000 metros. Hoy en día lo que más nos motiva es poder aportar cosas nuevas en montañas nuevas, en caras y vertientes que no se hayan escalado. Nos gusta este tipo de alpinismo, de exploración”, asegura.
De esas exploraciones, en concreto de las de los últimos seis años, hablan en El desafio de los cuatro elementos, la narración de un proyecto que les llevó a escalar paredes en tres continentes distintos, cada una de ellas relacionadas con un elemento, el aire (Aguja Guillaumet, Patagonia), la tierra (seis rutas abiertas en el Karakorum), el fuego (Cao Grande, Sao Tomé, África) y el agua (Cascada de Gocta, Amazonas, Perú). “Era un proyecto sobre todo estético, eran cosas que nos apetecía escalar”, afirma Iker.
Escalando con serpientes
De todas ellas, se queda con la del Cao Grande. “Nos llevó a salir de nuestro medio, realmente fue algo fuera de la zona de confort”. ¿Por qué? Pues porque no paró de llover durante todos los días que pasaron allí y sobre todo porque en la zona había un montón de mambas negras, considerada la serpiente más letal que existe. “Pasamos mucha tensión y la verdad es que fue una aventura totalmente diferente. Lo hicimos junto con Manu (Manu Ponce, compañero de escalada) y nos lo pasamos muy bien”. También fue diferente, pero sin serpientes, “el elemento agua, la de la Amazonía peruana, fue algo súper chulo, muy estético”.
Democracia audiovisual
Hoy día todas estas hazañas tienen su correspondiente testimonio audiovisual. Iker explica que la mejora de la tecnología y los drones ha hecho que la generación de contenido de calidad en la montaña se haya “democratizado; ahora no hacen falta helicópteros para hacer una gran película”, aunque al ser más asequible hay más cantidad pero no siempre más calidad. En todo caso, explica Iker, “para nosotros es mucho más sencillo traer contenido, a veces hasta nosotros mismos volamos el dron”.
“Ahora no hacen falta helicópteros para hacer una gran película; para nosotros es mucho más sencillo traer contenido, a veces hasta nosotros mismos volamos el dron”
‘Speaking Pou’ o cómo sobrellevar la pandemia
Lo cierto es que los hermanos Pou tienen cierta experiencia en el mundo audiovisual, más allá de manejar el dron. Durante la pandemia, encerrados, subiéndose por las paredes, pero ahora en sentido figurado, lanzaron un canal de Youtube, Speaking Pou, y se dedicaron a entrevistar a sus colegas de profesión. Con toda la Humanidad aburrida en casa, y la gente de montaña seguramente más, la iniciativa tuvo una gran acogida y el público les pidió que siguieran cuando las mascarillas eran ya historia. “No descartamos ir haciendo pequeñas pildoritas de Speaking Pou de vez en cuando, pero estamos a cinco mil cosas”, señala Iker. Lo primero es lo primero, y lo primero es escalar.
Lecturas de tienda de campaña
Eso sí, también les da tiempo a escribir. Tanto Una vida encordados como El desafío de los cuatro elementos han sido escritos por los hermanos al 100% y les ha supuesto un enorme trabajo, pero le han cogido el gustillo y no descartan en absoluto volver a ponerse frente al teclado más adelante, “tarde o temprano lo retomaremos”, y más habida cuenta de que el primer libro va por la quinta edición y el segundo ha tenido una buena acogida, por ejemplo, en la Azoka de Durango.
Se dice, y con razón, que la primera condición para escribir bien es leer mucho, y cuando hay que esperar días y días a que escampe en una tienda de campaña da mucho tiempo a consumir libros. Iker y Eneko se han leído todos los clásicos de la literatura de montaña, pero lo que para el común de la gente es evasión para ellos es, digámoslo así, trabajo. “Hemos leído de casi todo, de montaña todos los míticos, pero no es lo que más nos gusta porque si no siempre estamos en lo mismo”.
El ‘boom’ de la montaña en Araba
Hace ya años que los hermanos Pou viven fuera de Álava y tienen por ello perspectiva para ver cómo ha evolucionado la afición en el territorio, con muchísimas más personas en el monte, y buena parte de ellas mujeres. “Se nota, sobre todo de cinco años para aquí, el boom, es impresionante la de gente que va a la montaña y la afición que hay, en Vitoria y en toda Euskal Herria; y en el caso de las chicas, hoy en día escalando por Araba hay sectores en los que casi puedes ver casi más chicas que chicos. Que siga así; en nuestra época no había casi chicas que escalaran”.
“Hoy en día escalando por Araba hay sectores en los que casi puedes ver casi más chicas que chicos. Que siga así; en nuestra época no había casi chicas que escalaran”
La escalada olímpica, otro deporte
Cambio de tercio. Los Juegos Olímpicos han incorporado la escalada y no se puede escapar Iker sin darnos su opinión al respecto. “Está muy bien, somos los primeros que hemos animado, somos amigos de Alberto Ginés (medalla de oro en Tokio) y es digno de admiración, pero digamos que es otro deporte”. Es más, Eneko e Iker creen que en poco tiempo cada disciplina emprenderá su propio camino por separado. “Yo creo que en las siguientes olimpiadas ya va a haber una gran mayoría de gente que no ha escalado y no va a escalar nunca en roca, son realmente escaladores de rocódromo. En ocho años, quien quiera ganar las Olimpiadas o estar ahí va a ser solo escalador de resina», vaticina.
“En ocho años, quien quiera ganar las Olimpiadas va a ser solo escalador de resina”
Próximo objetivo, esquiar en Nepal
Antes de despedirnos es obligado preguntar a Iker por los proyectos futuros de los hermanos gasteiztarras. El más inmediato es despejar la mente, después de tanto ajetreo con el libro, y preparar el cuerpo. Entrenar. A partir de ahí, “queríamos haber salido a Patagonia, pero al final no sabemos seguro, así que lo que haremos es ponernos en forma, escalar fuerte en roca; queremos escalar hielo también, meter bastantes horas; y hacer esquí de montaña”. Y una vez finos,”estamos pensando ir a Nepal en marzo a hacer algo con los esquís, a una montaña de 6.000 o algo así”. Y casi seguro, añade, que “volvamos a la Cordillera Blanca; tenemos muchos objetivos que el año pasado no pudimos intentar y este año estamos motivados para volver”.
Allí, en los Andes peruanos, “entendemos el idioma, hay un montón de montañas, es fácil acceder, no es caro, no hace falta buscar sponsors; y siempre se puede hacer actividad muy técnica”, concluye Iker Pou, que junto a Eneko, ya lo acaba de confirmar, va a seguir representando al mundo de la montaña alavesa en los lugares más remotos del mundo.
Escucha la entrevista completa en nuestro podcast, Araban Zehar
FOTOGRAFÍA: Hermanos Pou