«Pintaban hasta donde les llegaba el brazo»

Los restauradores explican a ZUK cómo fue el proceso de recuperación de las pinturas medievales de Miñano Menor
pinturas-medievales-minano-menor.jpg

 

En algún momento de finales del siglo XII o principios del XIII, alguna destacada personalidad de Miñano Menor recibió por fin su encargo. Había mandado construir una iglesia privada que ahora tocaba rematar. Quizá llamó a algún maestro de la zona, alguien con dotes para el dibujo que le decoró todos y cada uno de los falsos sillares de la bóveda de su templo con la ayuda de un aprendiz y siguiendo las indicaciones del cliente, que casi siempre tiene la razón.

 

Pasaron los años, las décadas, las generaciones y las modas, y alguien ordenó encalar de nuevo la iglesia y cubrir aquellas pinturas rojas. Cuando el estilo renacentista llegó a Álava se volvió a decorar una nueva capa, y así fueron pasando los siglos hasta completar diez manos de cal sobre una bóveda que, ahora, gracias al tesón de los vecinos del pueblo, ha recuperado el aspecto que tenía cuando el artesano medieval entregó su trabajo a este anónimo señor, o señora, quién sabe, de Miñano Menor.

 

El pueblo compra la iglesia

Gorka López de Munain, doctor en Historia del Arte, ha asesorado a los actuales vecinos de la localidad alavesa que compraron la iglesia de San Vicente Mártir y que, tras constatar que lo que la bóveda ocultaba podía ser más que interesante, se propusieron sacarlo a la luz. López de Munain les orientó sobre los trámites que debían realizar y sobre todo les animó a seguir adelante.

 

La junta administrativa reunió un dinero, y gracias a la subvención para el desarrollo de intervenciones de conservación y restauración de bienes histórico-artístico de la Diputación se juntaron los más de 58.000 euros necesarios para que las pinturas rojas resurgieran en las bóvedas de la iglesia.

 

Una mano “diestra”

Nada se sabe de quien encargó las pinturas, o de quién las ejecutó. López de Munain explica a ZUK que no se ha conservado documentación sobre esta iglesia, terminada un poco antes de las guerras banderizas que asolaron las tierras vascas, así que toda la información de que se dispone es la que nos dan esos motivos heráldicos, como leones, castillos y flores de lis; esas manos, rostros, cruces o corazones. Sabemos por sus trazos, señala el experto, que fueron obra de una “mano diestra”, con capacidad para el dibujo, y de otra menos hábil.

 

Las pinturas evidencian una ausencia de motivos religiosos llamativa en una iglesia, cosa que se entiende mejor si, como apunta López de Munain, tenemos en cuenta que se trataba de un templo privado. Eso sí, “tampoco sabemos qué mobiliario había”, si quizá en su interior había crucifijos, por ejemplo, más acordes con el carácter espiritual del edificio.

 

Tampoco en Gopegi, o en Alaiza, templos que comparten la advocación a Nuestra Señora de la Asunción y estas pinturas rojas medievales, destacan los motivos religiosos.

 

La pista de Micaela Portilla

Azucena Prior, de la empresa Artyco, responsable de la restauración de las pinturas, explica por su parte que “había ya indicios de que existían estas pinturas señalados en el Catálogo Monumental” -texto de referencia en el patrimonio alavés elaborado por Micaela Portilla-.

 

Contratados sus servicios por la junta administrativa, Artyco montó “unas torres de andamios” y abrió “pequeñas ventanitas en todos los paramentos”, explica Prior. “Gracias a ese estudio vimos que los paramentos verticales habían sido quitados y luego puestos otra vez, con lo que no quedaba nada, así que nos centramos en la bóveda de la cabecera; había pinturas por toda la superficie de la bóveda y prometía ser muy interesante, porque allí no se picó”.

 

“Había pinturas por toda la superficie de la bóveda y prometía ser muy interesante, porque allí no se picó”

 

AZUCENA PRIOR

 

Bajo diez capas

Los restauradores fueron retirando hasta una decena de estratos, “hasta que llegamos a una pintura gris que estaba antes de las rojas, y nos quedamos ahí, con la intención también de conservarla. Cogimos muestras y las enviamos a laboratorio”.

 

Raseado con cal

Según explica Prior, una vez se construían estas iglesias románicas, a base sobre todo de mampostería, de piedras irregulares, se mezclaba arena y cal y se raseaba por dentro y por fuera. Sobre esta primera capa fue sobre la que se realizaron estas pinturas de trazos rojos, que resaltaban sobre el luminoso fondo de cal.

 

Azucena Prior cree que quienes pintaron estos motivos lo hicieron sobre andamios más bien precarios, dado que las líneas horizontales que imitan a sillares “menos horizontales son cualquier cosa; iban hasta dónde les llegaba el brazo”.

 

El pigmento, tierras naturales

Para elaborar los pigmentos, los vecinos de Miñano Menor utilizaron tierras naturales, “materiales muy sencillos y fáciles de encontrar, y que no eran caros”.

 

Por otro lado, la singularidad de estas pinturas, apunta Prior, “es que dentro de cada casilla del muro hay una representación, no hay otro caso igual. Sí que, en otros sitios, en algunos sillares hay alguna decoración, como una marca de cantero. Aquí lo curioso es que el motivo ocupa todo el sillar y que todos los sillares están decorados”.

 

Esto no significa que sea un caso único en Álava, significa que es el único que ha salido a la luz. “En algunas iglesias puede que sí hayan picado, pero en otras pueden estar tapadas por otras, también de interés. Casi todas las iglesias tenían acabados pictóricos; aquí al cubrir se ha protegido, y como estaban muy arriba nadie decidió picar para sanear, se limitaron a pintar”.

 

Afortunadamente, porque gracias a su difícil ubicación, estas delicadas pinturas han podido resurgir tras cientos de años ocultas, pero protegidas. A Artyco le ha tocado hacer un trabajo de consolidación, “de sujetar”. Prior explica que la bóveda tenía grietas y pérdidas de mortero, y ahora que todo está sujeto y limpio “vuelve a ser la bóveda de la iglesia”.

 

Y para que las pinturas sigan luciendo sobre la cal unos cuantos siglos más, toca “cuidar muchísimo las cubiertas, porque todos los problemas han venido de ahí; hay que mantener el edificio”, concluye la restauradora.

 

Escucha la entrevista con José Manuel Uzal, vecino de Miñano Menor

 

FOTOGRAFÍA: Txus Díez

ZUK-jazzvital.gif
avatar

Txus Díez

7 de diciembre de 2024

Fundador de ZUK. Periodista y fotógrafo comprometido con el territorio.