Amado Martínez de Iturrate señala un mapa lleno de manchas azules que hay en el tablón de anuncios del Ayuntamiento de Ribera Baja, en Ribabellosa. La proliferación de infraestructuras, presentes y futuras es, sin duda, el tema estrella en un municipio cuya ubicación, al lado de Miranda de Ebro, en el eje de la A-1, la AP-68 y el ferrocarril, es estratégica desde siempre.
En el Consistorio tratan de trasladar a todos los ámbitos administrativos su preocupación al respecto. “Estamos rodeado de infraestructuras, tanto de viarias como de ferrocarril, más el polígono industrial de Arasur, y además de todo eso, ahora nos quieren nos quieren meter también el paso del tren de alta velocidad de la línea de Burgos a Vitoria. Y además de eso, una serie de plantas fotovoltaicas en suelos de alto valor agrícola. Nosotros nos estamos de acuerdo y por eso se están haciendo alegaciones y esperamos que el Gobierno se dé cuenta de que no podemos asumir ya más infraestructuras, porque al final está cercenando el desarrollo futuro del municipio”, advierte el alcalde.
Según explica, la amplia capacidad de expansión que siempre ha tenido la zona se está viendo cada vez más limitada, y “si queremos que los pueblos se desarrollen y que venga la gente a vivir, pues hay que dejar posibilidades de que ocurra, si te quitan todas las posibilidades se van a despoblar y se van a morir”, señala.
“Si te quitan todas las posibilidades de desarrollo los pueblos se van a despoblar y se van a morir”
Alternativas al trazado previsto
En relación al TAV, Amado recuerda que hay estudios que plantean alternativas con velocidades similares que supondrían una afección menor a concejos como Ribabellosa, Manzanos o Quintanilla de la Ribera, “que va a tener unos túneles de más de dos kilómetros muy cerquita del concejo”. El alcalde asume que “nos tenemos que conformar con lo que lo que nos imponen desde arriba, pero sabiendo que si queremos hablar del mundo rural, de la despoblación, esto nos condena nos condena a que siga ocurriendo”.
A esta circunstancia se suman los proyectos de plantas fotovoltaicas que Solaria plantea instalar en la zona. En la Cuadrilla de Añana, en diez municipios, se plantean un total de 17 parques “que suponen una gran ocupación de terreno agrícola, con lo cual acabarían con la producción de las tierras y nos veríamos todos rodeados de placas solares por todos los lados”.
Entre las vecinas y vecinos, el sentir al respecto es dispar, “hay gente que quiere vender sus tierras a Solaria y otros no están de acuerdo, hay diferentes visiones, pero lo que sí hay es un movimiento popular en contra de estos proyectos de plantas fotovoltaicas en terrenos agroganaderos”, señala Amado, quien considera que “el municipio todavía no es consciente de lo que esto supone supone para el futuro” y recuerda que el Consistorio no está en contra de la transición energética. “Tiene que ser consensuada con los ayuntamientos. Nosotros somos los primeros que queremos contribuir y por eso hemos promovido la creación de una comunidad energética en el municipio a la que se han apuntado cerca de ochenta y tantas personas”, explica.
“El municipio todavía no es consciente de lo que esto supone supone para el futuro”
En Ribera Baja hay además otras inversiones en ejecución. La promotora Merlin Properties está construyendo seis grandes centros de datos en Arasur, recientemente un fondo de inversión ha adquirido la parcela industrial más grande de Euskadi para albergar un proyecto aún por definir, y la Diputación trabaja en la ampliación del polígono, prácticamente ocupado al 100% en la actualidad.
“Es beneficioso para el municipio porque se instalan empresas que contribuyen al mantenimiento de los servicios, pero tampoco queremos que al final la industria ocupe tanto terreno que acabe terminando con el sector agrícola”, señala Amado.
Alivio en Talgo
Entre esas industrias, si una destaca por arraigo y antigüedad es Talgo, cuya plantilla respira aliviada tras varios meses de incertidumbre. Sidenor, de la mano del Gobierno Vasco y las fundaciones Vital y BBK ha adquirido la empresa, que seguirá fabricando trenes en Ribabellosa. “Estamos encantados de que siga aquí y de que la haya comprado una empresa vasca. Ahora mismo los trabajadores pueden estar más tranquilos, y además se prevé que pueda haber una expansión de las instalaciones también dentro de Álava. Nosotros siempre estamos en contacto con ellos y facilitamos, dentro de lo que las ordenanzas permiten, todo lo que nos puedan solicitar”, apunta el alcalde.
“Nosotros siempre estamos en contacto con Talgo y facilitamos, dentro de lo que las ordenanzas permiten, todo lo que nos puedan solicitar”
Los servicios en Ribera Baja
La parte buena del peso que tiene la industria en el municipio es su repercusión en la caja común. “Tenemos prácticamente todos los servicios; el supermercado Eroski, el centro médico, farmacia y centro de día, dos pistas polideportivas, un campo de futbito y de hockey, el frontón polideportivo y las piscinas de verano”, señala el primer edil, quien recuerda además que el municipio tiene mucha vida. Este mismo fin de semana, por ejemplo, se celebra el Mercado Medieval Xacobeo. En parte por estas circunstancias son muchas las familias jóvenes y con niños que optaron en su día por ir a vivir a Ribabellosa, pero en los últimos años este crecimiento se ve amenazado por un problema recurrente en todos los pueblos de Álava, que en el caso de Ribera Baja se ve agravado por sus limitaciones para crecer desde el punto de vista urbanístico.
La vivienda
“Los jóvenes no pueden quedarse a vivir aquí porque la vivienda es cara y porque no hay”, explica Amado. Hace más de diez años que en el municipio no se construye, y ahora el equipo de gobierno quiere hacer vivienda para compra y alquiler tasados, para evitar que las nuevas generaciones tengan que marcharse. “Nosotros desde que entramos lo primero que hicimos fue ir a reunirnos con el Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco. Desde entonces la cosa se ha agudizado, falta de vivienda y no solo para jóvenes, sino para todo el mundo”, concluye el alcalde.
Escucha la entrevista en nuestro podcast, Araban Zehar.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez
