A poco más de cinco horas de Gasteiz, en mitad del Pirineo catalán, el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici ofrece a los amantes de la montaña un escenario perfecto moverse por altitudes alpinas sin necesidad de tener un gran estado de forma ni una gran experiencia en la montaña. Para expediciones más comprometidas tenemos al lado el imponente Aneto, pero hoy nos vamos a concentrar en este espacio, el único parque nacional en Cataluña, que con una superficie de aproximadamente 14.119 hectáreas protegidas se extiende a lo largo de varias comarcas como el Pallars Sobirà y la Alta Ribagorça. Aigüestortes recibe su nombre de los retorcidos meandros de sus arroyos y sus cascadas, resto contemporáneo de los glaciares que moldearon estos valles hace varios miles de años, junto con los más de 200 lagos que conforman uno de los atractivos más singulares del parque.
Para todos los públicos
La excursión que vamos a proponer no llega a los siete kilómetros de longitud y supera por poco los 300 metros de desnivel, con lo cual es apta para casi todos los públicos, pues alguna zona, siendo más incómoda que peligrosa, sí exige un cierto tono físico.
Vamos a hacer la ruta circular al Estany, el lago, de Sant Maurici, un entorno al que el Els Encantats, una imponente montaña de dos cumbres de 2.700 metros de altitud, aporta su inconfundible figura. Quien haya viajado a los Dolomitas encontrará aquí un paisaje familiar, acusadamente vertical y abrupto, al que llegamos en Land Rover desde la localidad de Espot. En este pequeño pueblo pirenaico, donde por cierto merece la pena sentarse a la mesa para probar la cocina catalana de montaña, hay empresas de lanzaderas que nos llevan en todoterreno hasta el lago, punto de partida de la ruta elegida.
Inicio de la Ruta: Lago de Sant Maurici
Empezamos a andar, pues, a los pies del lago, a unos 1.910 metros de altitud, bordeando la lámina de agua en dirección norte, con Els Encantats como permanente referencia.
Primer Tramo: Subida a la Cascada de Ratera
Nos internaremos en bosque de pinos y abetos y proseguiremos ruta hacia la Cascada de Ratera, fotogénico espacio al que llegaremos en una media hora ascendiendo por unas escaleras de piedra natural que nos ayudarán a ir entrando en calor. La cascada vierte el agua del Estany de la Ratera a lo largo de un abrupto precipicio de 100 metros, desde donde, una vez más, Els Encantats nos piden una fotografía más, ya en competición con otras cumbres vecinas.
Estany de Ratera
Toca ahora trepar por una ladera de rocas caóticamente diseminadas en una pronunciada pendiente, pero no hay que desanimarse, porque a partir de aquí la excursión ya será un agradable paseo hasta el punto de llegada y, además, en apenas otra media hora nos encontraremos otro imponente paisaje, el del Estany de Ratera, ya por encima de los 2.000, en un entorno puramente alpino, pero con senderos de suave discurrir y verdes praderas encajonadas entre las paredes de montañas como el Pic de Ratera.
Mirador de l’Estany
Sin apenas desniveles de por medio, y en unos pocos minutos, el paisaje vuelve a abrirse. El Mirador de l’Estany, a unos 2.150 metros de altitud, es parada obligada. Rodeando el lago de Sant Maurici, medio kilómetro por debajo de nuestros bastones de montaña, las cumbres nos sobrepasan holgadamente hasta acercarse a los 3.000 metros de altitud.
El Pic d’Amitges (2.851 metros), Pui Pla (2.825), Pic de Peguera (2.982), Pico Morto (2.901) o el Subenuix interior (2.881) acompañan a Els Encantats en este mirador que marca el inicio del descenso hacia el punto de llegada de la excursión.
Descenso y Retorno: Abeto de la Solaneta y Base de Els Encantats
Empezamos a bajar por una ladera pedregosa y vertical, pero sin mayores riesgos, hasta alcanzar el bosque, donde nos da la bienvenida el Abeto de la Solaneta, un árbol singular que destaca por su tamaño y antigüedad. Ya solo resta tomar las fotografías más montañeras de Els Encantats, que se erigen justo encima nuestro, y tomar el hamaiketako junto al lago antes de tomar el todo terreno de regreso a Espot.
Flora y Fauna
En el parque encontraremos bosques de pino negro, abetos y hayas en las partes bajas y medias de las montañas, y a medida que se asciende los árboles dejan paso a los pastos alpinos y rododendros.
A no ser que vayamos muy pronto por la mañana, muy tarde por la tarde, o en un día poco concurrido en Aigüestores, nos los veremos, pero están ahí. El sarrio, el urogallo, la marmota y la ardilla roja viven en los bosques del parque, y sobre ellos vuelan quebrantahuesos, águila reales y buitres leonados.
Dificultad: Moderada, con tramos de ascenso pronunciado pero sin necesidad de equipamiento técnico.
Duración: Aproximadamente 3 horas en total, dependiendo del ritmo y las pausas.
Recomendaciones: Calzado de montaña adecuado y ropa cómoda, así como agua y algo de comida ligera para disfrutar de las paradas en los puntos más panorámicos.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez