Después de que el Gobierno de España dejara claro que bloquearía la oferta de la polaca PFR por Talgo, la más ventajosa para Trilantic, el grupo propietario de la empresa de raíces alavesas, la operación para que la sede de la firma se quede en Ribabellosa por fin se ha consumado.
Este viernes el diputado general, Ramiro González, ha confirmado el acuerdo para que Sidenor, Gobierno Vasco, la Fundación Vital y BBK se hagan con Talgo por un precio de 155 millones de euros, 20 de los cuales los aporta Vital Fundazioa. La suma de los actores institucionales a la iniciativa de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, permitió elevar el precio de la propuesta hasta los 4,15 euros por acción, más otros 0,65 euros en función de objetivos, lo que acercó la oferta a los 5 euros por acción que planteaba la OPA lanzada por la húngara Magyar Vagon y que desató las alarmas en el Gobierno español por el carácter estratégico de la firma alavesa ante la posibilidad de que cayera en manos extranjeras.
El diputado general ha señalado que el acuerdo alcanzado constituye “una extraordinaria noticia para Álava, supone reforzar nuestro tejido industrial, beneficia al conjunto del territorio y especialmente a los proveedores alaveses de Talgo y abre nuevas oportunidades para nuestras empresas”.
Asimismo, el diputado general ha señalado que “esta operación tiene un enorme simbolismo para Álava. Talgo es una empresa con corazón y alma alaveses y el retorno del centro de decisión a nuestro territorio supone recuperar una de nuestras señas de identidad industriales”.
Ramiro González ha querido destacar también la fórmula con la que se ha abordado esta operación a través de la colaboración público privada, el liderazgo institucional del Gobierno Vasco y la participación de las Fundaciones Caja Vital Kutxa y Bilbao Bizkaia Kutxa. “Esta fórmula de colaboración es el camino para abordar los importantes retos a los que se enfrentan en estos momentos nuestras empresas y seguir avanzando en el fortalecimiento de nuestro tejido industrial:” ha señalado el diputado general.
La adquisición por parte del grupo vasco traslada por fin certidumbre y tranquilidad a los 700 trabajadores de la planta de Ribabellosa, a los que se suman otros 500 en la Comunidad de Madrid, y que en los últimos meses se han visto envueltos en mitad de una tormenta financiera y geoestratégica que les hizo temer por sus puestos de trabajo.
FOTOGRAFÍA: Talgo