Una deuda pendiente, un hermoso proyecto

Arratzua-Ubarrundia ha recibido un importante legado, el palacio Otazu, que ahora hay que poner en valor
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Arratzua-Ubarrundia cambió para siempre cuando, a finales de los años cincuenta del pasado siglo, buena parte del municipio quedó bajo las aguas del embalse de Ullíbarri-Gamboa. Luego llegó la ampliación de la N-240, llegó el trazado del TAV (para que pasen los trenes todavía quedan unos años), y ahora sus fincas son objeto de deseo de las empresas fotovoltaicas.

 

El municipio, por tanto, se ha transformado mucho, muchísimo, pero sus diez pueblos, once, contando Nanclares de Gamboa, siguen manteniendo su carácter rural. La alcaldesa, Blanca Antépara; y la concejala de Cultura y teniente de alcaldesa, Amagoia Sáez de Ibarra; nos explican cómo es el día a día de esta entidad administrativa que se extiende desde las afueras de Gasteiz y hasta la muga con Gipuzkoa.

 

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Tienen mucho que contar, pero les hace especial ilusión un proyecto que aspiran a materializar. Hace dos años, el propietario del palacio Otazu de Zurbano, una auténtica joya patrimonial, dejó en herencia el edificio al Ayuntamiento, que ahora tiene que hacer obra y decidir qué uso darle. “Ideas tenemos muchas, la más clara es hacer lo que en Vitoria llaman Bizan, lo que antes se llamaba centro de jubilados, porque no tenemos ningún recurso de ese tipo en el municipio”, dice Amagoia. Allí, los vecinos más mayores podrían además hacer sus comidas, “variadas y de calidad, y pasar unas horas agradables, que se cuenten sus vivencias, sus dolencias y todo lo que eso conlleva”, dice Blanca. “Yo estoy segura –insiste- de que no hacen vida social porque tienen problemas de movilidad o porque alrededor de ellos no hay nadie con el que hablar”.

 

Como hay metros cuadrados para dar y tomar, a 375 por cada una de sus tres plantas, el Ayuntamiento baraja también hacer un salón de actos, y además Blanca tiene una deuda pendiente con su propietario. “Esa casa había sido sede de las Juntas Generales en el Pleno de Tierras Esparsas, y al antiguo dueño le prometí que, si puedo, volverá a serlo. Está medio hablado, pero bueno, hay que acondicionarlo, darle una capa de pintura y todo eso”.

 

Amagoia incide en que el palacio no lo han recibido “como una carga, al revés, con mucha ilusión y con muchos proyectos en la cabeza; nos gustaría que esté abierto a la sociedad”..

 

“Está medio hablado, pero bueno, hay que acondicionarlo, darle una capa de pintura y todo eso”

 

BLANCA ANTÉPARA

 

La memoria de antes del embalse

“Toda la gente que vivió aquel acontecimiento nos está faltando ya”, dice Blanca con respecto a la construcción del embalse, inaugurado en el verano de 1958. “Sí que se quiso, por parte de Diputación, hacerles una especie de homenaje a toda la gente que estuvo afectada, pero vino luego la pandemia y no hemos vuelto a saber nada”. Blanca explica que, en todo caso, y aunque bajo las aguas quedó sepultada la historia de varios pueblos y de muchas generaciones de alaveses, “a toda esa zona se le ha dado vida con el pantano, antes no éramos conocidos y ahora somos conocidos por ese embalse”.

 

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Amagoia explica que sí, “hubo familias que sufrieron mucho porque dejaban allí toda su vida, recuerdos, pertenencias y demás, pero en la parte positiva está que Vitoria ganó mucho con el pantano para el control de riadas y demás, y nuestra zona es más atractiva a nivel turístico».

 

Las riadas

Las riadas, efectivamente, son uno de los quebraderos del municipio aguas abajo de la presa, pero ahora están controladas, no como antes de que existiera el embalse, aunque alguna vez el agua ha llegado, de forma figurada y casi literal, al cuello de los habitantes de este municipio. Hace muy pocos inviernos, en concreto. “Cuando van a hacer la apertura de la presa nos van mandando alertas y luego ya, como último último recurso, está la mesa de crisis”, contextualiza Blanca. Pues bien, a finales de 2021, las autoridades presentes en esa mesa, Blanca entre ellas, vieron cómo el agua estuvo “a centímetro y medio” de rebosar la presa”, y “a Dios gracias paró de llover”.

 

El embalse es fuente de turismo, pero en Arratzua-Ubarrundia, un municipio con una notable renta per cápita, hay algo de industria (Fiasa, una fábrica de hielo industrial), y algo de agricultura, aunque hoy día cada vez más vecinos trabajan en Vitoria. “Muchísima gente marcha a las 8 de la mañana y viene a las 8 de la tarde”, dice Blanca. “Estamos al lado de Vitoria y es una ventaja, la gente está en dos minutos y nos viene aquí a vivir, pero luego no hay vida de pueblo”, explica la alcaldesa. “Sobre todo Durana ha crecido mucho, y la gente nueva en general, aunque hay excepciones, nos utiliza, entre comillas, como pueblos dormitorios. Adquieren la tranquilidad de un pueblo, pero no hacen vida de pueblo”, añade Amagoia.

 

El esfuerzo de crear comunidad

¿Y qué se hace desde el Ayuntamiento para tratar de insuflar vida al municipio? “Tratas de hacer actividades que piensas que pueden ser atractivas para los habitantes de los pueblos. Tenemos un centro cívico que es la envidia de la provincia (Sologana), y tratamos de hacer actividades deportivas que por un lado saquen a la gente de casa y que por otro mejoren su salud”, señala Amagoia. A todo esto se suman charlas, quedadas, teatro.. “Pero es muy difícil mover a la gente, porque el atractivo de Gasteiz es que está a siete kilómetros de Durana”, insiste Amagoia.

 

Incluso, añade, “cuando hacemos actividades ponemos taxis gratis. Hacemos el 95% de las actividades en Sologana, y sobre todo pensando en la gente de más edad, siempre que hacemos una charla abajo va la coletilla de que, si necesitas transporte, llámanos porque tenemos el servicio, tenemos la partida en el presupuesto”. Sin embargo, explica Amagoia, “se usa muy muy poco, tirando a nada”.

 

Las fotovoltaicas

Tema espinoso el que vamos a abordar ahora. Las grandes empresas de energías renovables se han fijado en Arratzua-Ubarrundia para albergar nuevos parques y más allá del debate político y medioambiental que, a nivel general, hay en el territorio, en los pueblos del municipio estas cosas se viven en directo. Son sus tierras, sus ingresos y su futuro.

 

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“Hay intereses creados, hay mucha mentira, mucha desinformación. No es que esté ni a favor ni en contra, es que nuestra posición en el Ayuntamiento es: ¿es legal? A mí me puedes decir que vas a hacer una casa y va a ser verde. Pues igual no me gusta verde, pero si las normas lo permiten… Ese es el problema de las energías renovables”, dice Blanca. Y Amagoia defiende que “se puede demostrar que desde el minuto 1 aquí se han promovido charlas para informar sobre comunidades energéticas y ekiolas, se han puesto placas solares en el centro cívico, en el centro médico. Estamos a favor de las energías renovables, por supuestísimo, pero también hemos recibido mucha mala uva de ciertos sectores por tirar adelante con proyectos que nos han presentado, pero basados siempre en la legalidad, en el Plan General de Ordenación Urbana que tenemos aprobado desde hace un montón de años. No podemos decir que no, aunque a nosotras a nivel particular nos parezca que es una aberración; aquí no se nos viene a pedir opinión, vienen a pedirnos permiso”.

 

“Estamos a favor de las energías renovables, por supuestísimo, pero también hemos recibido mucha mala uva de ciertos sectores por tirar adelante con proyectos que nos han presentado, pero basados siempre en la legalidad”

 

AMAGOIA SÁEZ DE IBARRA

 

Blanca añade que “la gente es dueña de sus terrenos”, y si cuando Solaria ha acudido han dicho que sí, “nos gustará, o no nos gustará pero es lo tenemos que respetar”. Por otro lado, la alcaldesa recuerda que aunque “ha habido cantidad de proyectos, ahora mismo están en Diputación y están cayendo”.

 

La relación con la ikastola

La histórica ikastola Ikasbidea lleva en Durana casi cincuenta años, y en sus aulas hay más gente que en todo el municipio entero. El centro depende el Gobierno Vasco y no hay relación institucional con el Ayuntamiento en ese sentido, pero “Ikasbidea usa el centro cívico todas las mañanas”, dice Blanca, y “alguna gente sí que habrá venido por la ikastola”, dice Amagoia, “pero yo creo que mueven más los trabajos, es decir, igual gente que trabaja en Parque Tecnológico o en Gojain”.

 

En todo caso, “tenemos una relación muy fluida con la dirección, nos han facilitado muchas cosas. La directora actual, Ana Aguirre es muy cercana, muy accesible, y yo creo que ella también ha percibido eso por nuestra parte”.

 

El saneamiento bloquea los proyectos municipales

Por otro lado, hace años que el Ayuntamiento pelea para conectar su red saneamiento a la de Vitoria, y la cuestión es más relevante de lo que pueda parecer a primera vista. “No sé qué pasa, pero no sé si Amvisa no está por la labor”, dice Blanca. La cuestión es que el municipio está tramitando una modificación puntual de las normas urbanísticas para que las casas antiguas se puedan convertir “en lo que considera Gobierno Vasco VPO, con el objetivo de que la gente joven cree una especie de cooperativas, compren una casa, la habiliten y ya tengan vivienda”. Y el problema es que URA “nos pone impedimentos por esa conexión. Tenemos que resolver el problema del saneamiento para poder hacer eso, para poder hacer la travesía de Durana…”.

 

Esterilizando gatos

Arratzua-Ubarrundia tiene otro problema, los gatos, y ha sido pionero a la hora de ponerle solución. “Llevamos dos años y nos hemos gastado 12.000 euros en castración de gatos, hemos castrado a 111”, dice alcaldesa, y todavía no acaba de remitir la proliferación de felinos. “Esto ya se estaba convirtiendo en un problema serio entre la relación de los vecinos”, explica Blanca, porque unos les dan de comer y a otros “se les meten por las ventanas a casa”.

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“La escombrera de Vitoria”

Amagoia y Blanca aprovechan la ocasión para denunciar una situación que sufren desde hace años en Arratzua-Ubarrundia. “Somos las escombrera de Vitoria”, afirma la alcaldesa. “Ya no es el ejemplo del típico que hace una obra y nos echa unos ladrillos, son residuos de talleres clandestinos, aceites…” La basura les llega incluso del Alto Deba, pues muchas personas que residen allí trabajan en Gojain o Miñano, y cuando se implantó el puerta a puerta más allá de Arlaban en los contenedores de Arratzua-Ubarrundia se notó especialmente. O al lado, en el suelo, porque tienen chip y no se abren así como así.

 

El problema del amianto

Por último, las responsables municipales se preparan para un importante quebradero de cabeza que le viene al municipio. “El día que empiece de Gobierno Vasco con la retirada del amianto… Ya estamos teniendo casos, ya nos aparece, y un metro cúbico de amianto, para quitarlo, son 1.200 euros”.

 

Escucha la entrevista en nuestro podcast

 

FOTOGRAFÍA: Txus Díez

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Txus Díez

15 de diciembre de 2024

Fundador de ZUK. Periodista y fotógrafo comprometido con el territorio.