Laguardia es la capital indiscutible del vino y del turismo en Álava, pero detrás de estos dos pilares del municipio hay un pueblo real en el que viven cerca de 1.500 vecinos que comparten las mismas inquietudes y problemas que el resto del territorio.
La vivienda
Su alcalde, Raúl García Ezquerro, coincide con esta reflexión, y hace hincapié en la cuestión que más preocupa entre la población, según el último Barómetro Sociológico de Álava: la vivienda.
Raúl explica que a las dificultades que tienen los jóvenes para comprarse una casa y seguir viviendo en el pueblo en el que nacieron se suma aquí un casco histórico con “unas condiciones muy particulares”. Al centro de Laguardia no pueden entrar coches, “las casas son oscuras y estrechas, están muy caras, y las personas jóvenes se están marchando o fuera del casco o fuera de Laguardia, que es peor aún”, asegura.
Por eso, afirma, en la presente legislatura se ha decidido priorizar este asunto, por encima incluso del turismo. Así, se ha facilitado el aparcamiento para residentes y se está introduciendo el gas y la fibra óptica en el corazón del pueblo. Se está tratando además de instaurar ayudas para la rehabilitación y se ha acudido al Gobierno Vasco para acometer la construcción de viviendas dotacionales para personas jóvenes dentro del casco histórico, junto a la muralla. “Vamos a luchar por cada granito de arena que haga que la gente se quede dentro del casco”, asevera.
Raúl cree que el turismo no puede comerle terreno a la vida real, pues “las personas que vienen repiten porque Laguardia tiene vida. Yo siempre pongo el ejemplo de Santillana del Mar, un pueblo precioso, pero que se abre a las 8 de la mañana y se cierra a las ocho de la tarde”. En Laguardia, explica, “los agricultores vienen al mediodía a comer, la persona del negocio sube arriba a tender la ropa, la gente sale del instituto y del colegio, los portales están abiertos y los vecinos entran y salen. Esa es la esencia que hace que repita la gente, y para mantener eso tenemos que impedir que se despueble, porque si no una cosa va a quitar la otra”.
El futuro del vino
Esa esencia, esa vida del pueblo, gira desde hace siglos en torno al vino, y no corren precisamente buenos tiempos para el sector. “No es culpa de nadie. No es culpa de los viticultores, al revés, son los que más están al pie del cañón, pero estoy seguro de que todas las personas que nos oyen tienen cerveza en la nevera, y vino, no necesariamente”. Efectivamente, estamos ante una tendencia mundial de descenso en el consumo de vino que sufren todas las denominaciones, y el alcalde de Laguardia cree que, pese al “esfuerzo económico que está haciendo el Gobierno Vasco con este sector, hay que cambiar un poco la visión. Yo no soy experto en el tema, pero escucho a todas las personas del pueblo que se acercan a darme su opinión”, señala.
Raúl cree, fruto de esa escucha, que las ayudas “no pueden ser para siempre”, que “hay que pensar en grande”, y lamenta que en la DOC Rioja cada parte rema en su propia dirección. “Desde la Denominación no se está favoreciendo al pequeño viticultor y a la bodega de Rioja Alavesa, que son más o menos medianas, sino a las grandes; y a nivel mundial el problema está ahí”.
“En el vino hay que cambiar la visión; las ayudas no pueden ser para siempre, hay que pensar en grande”
Visto lo visto, toca pensar en otras fuentes de riqueza para la comarca, y una de ellas es el aceite de oliva, que como recuerda Raúl se produce en la zona desde antes que el vino. “Si todo va bien, para septiembre tendremos un Grado en aceites y vinos para que la gente joven se pueda formar en este mundo, esperamos que sea un plus más para la comarca y para que ayude a la economía”, explica.
El efecto ‘EDA’
Además, en el pueblo se va construir una de las sedes de EDA Drinks & Wine Campus. “El centro nos va a generar una fama a nivel mundial; no sabemos todavía lo que nos viene, la suerte que tenemos de que esta sede está en Laguardia”, afirma.
“El centro nos va a generar una fama a nivel mundial; no sabemos todavía lo que nos viene”
El testimonio de los antepasados
Decía Raúl que en el casco histórico de Laguardia se está instalando el gas y la fibra, y meter el pico en esta localidad no es como hacerlo en cualquier otro lugar. Laguardia se sostiene sobre sus calados, las bodegas que hay bajo cada casa de un pueblo que además está habitado desde hace milenios. Así pues, cuando se hace una obra hay que reforzar todas las bodegas, y cuando se arranca a excavar “salen cosas muy interesantes”.
Lo último, los cuerpos de bebés enterrados a las puertas de sus casas, de la Edad de Bronce; botijos, platos de cerámica… “Todo se está escaneando, guardando y archivando en Vitoria para el disfrute de todos y todas, para conocer mejor nuestra historia”.
La A-124
De vuelta al presente, hace escasos días fallecía un vecino de Laguardia en un accidente de moto en la A-124, una carretera con mucha siniestralidad y que además atraviesa el pueblo. En el Ayuntamiento y entre los vecinos es una preocupación que siempre está ahí. “Todos los alcaldes que pasamos por este despacho continuamente intentamos mejorar este asunto, es una carretera peligrosa, pero es complicado porque depende de la Diputación y tienen sus argumentos. Muchas veces pedimos cosas que no son viables, que no cumplen la normativa y que no son legales”, afirma Raúl.
“Todos los alcaldes que pasamos por este despacho continuamente intentamos mejorar la seguridad de la carretera”
No se puede poner una rotonda, un paso de cebra o una acera en cualquier sitio, pero poco a poco se van haciendo cosas. En los últimos tres años se ha ido adecentando la zona peatonal hasta la gasolinera; se ha hecho una senda hasta la zona de la Lobera, desde donde ahora se puede subir al pueblo evitando la carretera. “Ya hemos conseguido llegar hasta la zona sur con aceras seguras y farolas. Nos falta cruzar; nos falta el paso de cebra”, explica Raúl, pero para poder habilitarlo la Ley dice que tiene que haber acera también al otro lado de la carretera. En esa fase se está ahora mismo.
El inicio de la travesía de Laguardia
En ese sentido, una vez pagada la introducción del gas en el casco histórico, el alcalde de Laguardia anuncia que la próxima obra de entidad en el municipio, de cerca de un millón de euros, va a ser el inicio de la travesía de Laguardia, en la zona del cruce hacia Elvillar. Este mismo mes se planteará la solicitud a la Diputación, y si se aprueba, comenzará a hacerse realidad, “poquito a poco”, una de las infraestructuras más necesarias en el municipio.
El proyecto “clave” para Laguardia
Otra es el nuevo centro de salud de La Barbacana. “Este, sin duda, es el proyecto clave para el equipo de gobierno. En esta legislatura no va a estar terminado, pero hemos mantenido una reunión con el consejero de Salud en Lakua y creemos que el año que viene se puede hacer el proyecto”, explica el primer edil, que en todo caso pide paciencia y cautela, pues quedan pendientes trámites urbanístico o la adjudicación. “Si todo va bien -insiste- el año que viene tendríamos el proyecto. No quiero hacerme ilusiones, pero es un prioritario para el municipio, con muchísima diferencia, y de hecho a diario le dedico un mínimo de media hora de llamadas y emails”.
Raúl explica que desde el punto de vista burocrático es un asunto muy complejo. “Hay que de cada paso a hasta trece departamentos diferentes”, asegura.
FOTOGRAFÍA: Txus Díez