No es habitual que los dirigentes políticos con mando en plazas institucionales alcen la voz en defensa de sus intereses territoriales si con ello perjudican a sus respectivos partidos. La figura de los versos sueltos que desde algunas alcaldías y comunidades hacen de su autonomía un valor político reciben ese nombre precisamente porque son la excepción y no la regla, pero cuando lo que está en juego es lo suficientemente grande, las pugnas territoriales que habitualmente no trascienden más allá de las sedes de las formaciones acaban por dirimirse en los medios de comunicación.
Las declaraciones de Goia; un salto cualitativo
Es lo que le está ocurriendo al PNV con el espinoso asunto de la conexión del TAV entre Navarra y Euskadi. Hace ya años que desde la Diputación de Gipuzkoa se ha hecho bandera de la unión por Ezkio-Itsaso, que enlazaría Iruñea y Donostia en 25 minutos menos que si pasa por Gasteiz, trazado este último que desde Álava se defiende de forma prácticamente unánime más allá de colores políticos. La diputada general guipuzcoana, Eider Mendoza, apuesta con vehemencia por el trazado por Ezkio, al punto de tachar de «frivolidad» la postura de los socialistas navarros en favor de la vía alavesa. Sin embargo, hasta la fecha no se había llegado a abrir fuego directo contra compañeros de militancia, como ha hecho el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, al tildar de «egoísta» al diputado general alavés, Ramiro González, ambos del PNV, por defender la escala de los trenes en Gasteiz antes de emprender el camino hacia la muga. Entiende Goia, según afirmó en ETB-1, que se hace más «país» evitando el paso por Álava y su capital, sede de las instituciones comunes de la CAV, y uniendo directamente Donostia con Pamplona.
700 millones frente a 2.000
Desde la Plaza de la Provincia simplemente se pidió «respeto» y no se quiso echar más gasolina en una polémica ante la que el Gobierno Vasco, o al menos la parte jeltzale, no puede ni quiere posicionarse, aunque sea consciente de que el Gobierno de España, que es el que va a pagar la factura, ha deslizado con no mucha sutileza que le gusta más la opción alavesa. El trazado por Vitoria costaría unos 700 millones de euros frente a los 2.000 que supondría horadar la sierra de Aralar, donde muchos propietarios de terrenos, además, están poniendo trabas para realizar las correspondientes catas. En cuanto a los socialistas vascos, habida cuenta de las posturas del Gobierno de Pedro Sánchez y del PSN, sus diferencias internas son más de forma que de fondo. Eneko Andueza, líder del PSE, pidió mesura a su compañero del partido, inminente secretario general de los socialistas alaveses y consejero del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, quien dijo que la conexión «será por Vitoria o no será».
El impacto ambiental
Además de hacer más país, se alega desde Gipuzkoa que el impacto es menor por Ezkio porque buena parte del trazado discurriría bajo el monte, y argumentan los socialistas navarros, fervientes defensores de la vía alavesa, como ya se ha dicho, que precisamente excavar esos túneles hace inviable el proyecto desde el punto de vista ambiental. En el caso de que el TAV navarro pasara por Gasteiz, atravesaría la Sakana y la Llanada con el consiguiente perjuicio paisajístico, pero lo cierto es que en la actualidad el tren ya atraviesa este corredor.
Una infraestructura vital para el desarrollo futuro
Sea más o menos agresiva con el entorno una u otra propuesta, sea más o menos vertebradora de Euskal Herria, sea más o menos cara, aquí lo que está en juego es el desarrollo de cada territorio para muchas, muchas décadas. Si alguien no hubiera decidido hace bastante más de un siglo que el tren tenía que parar en Miranda de Ebro, probablemente hoy esta ciudad no sería más grande que Pancorbo o Zambrana, no albergaría a su vera una subsede del Puerto de Bilbao ni la rabiosamente actual fábrica de Talgo, ni tendría toda la industria, el comercio y las infraestructuras que atesora.
«Desdramatizar»
De ahí que González, Mendoza, y ahora Goia, antepongan los intereses de sus respectivos territorios frente a los de su partido, a pesar del desgaste que le puede suponer a un PNV en pleno cambio de ciclo interno. Y en esa defensa de lo suyo, al margen de cual sea la mejor opción desde el punto de vista económico, medio ambiental o «de país», los tres tienen razón por la enorme trascendencia que tiene tomar una u otra decisión. En ese sentido, el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, ha pedido «desdramatizar un poco» el asunto, pero quizá porque es quien realmente tiene la pelota en su tejado.
FOTOGRAFÍA: Irekia
